CIU, qué poco agradecidos !

JOSÉ LUIS Martínez
Periodista

Puede que a CiU le parezca sólo un mal sueño, pero anduvo abrazada al PP dos legislaturas. La primera, como un Pigmalión ilusionado (sus diputados eran vitales); después, a modo de Cenicienta sin carroza, humillada por la política absolutista de un Aznar al que nunca le plantó cara. En ese tiempo, los papeles de Salamanca acumularon polvo. El déficit sanitario se ahondó. La plurinacionalidad ni se mentaba, y una reforma estatutaria no cabía en cabeza convergente. Viejas aspiraciones como el dominio
.cat se desvanecían en los despachos del PP. A Catalunya se le negaba el pan, la sal, el AVE, las inversiones, los organismos, los proyectos y el futuro. Y Pujol tragaba tazas de ese caldo "por Catalunya".
Ahora resulta que tenemos el primer presidente español que no sale loapista, el mayor defensor en su Gobierno (Montilla, al margen) de la España plural, que asume el concepto de nación para Catalunya y es el mejor impulsor en la corte del nuevo Estatut. Zapatero se ha preocupado de lo catalán más que todos sus antecesores juntos. Da dinero para la sanidad, avala la proyección catalana en internet, trae a Barcelona las telecomunicaciones, se parte la cara por el archivo, abre al catalán el Senado y la UE y no aborta operaciones periféricas como la de Gas Natural.
Y hete aquí que CiU echa a la mar los pelillos de su pasado y le paga con exigencias de conciertos económicos medievales, en las antípodas del federalismo moderno, democrático, justo y solidario que necesita, de entrada, este país. ¡Cuánto desagradecimiento! ¡Qué angelical oposición!


Noticia publicada en la página 9 de la edición de 9/23/2005 de El Periódico - edición impresa