EEUU actúa con impunidad

VICENÇ Fisas
Director de la Escola de Cultura de Pau

Incluso en las guerras hay normas que deben ser respetadas. Una de las más básicas es la que fija limitaciones en el armamento que se puede emplear, prohibiendo explícitamente todo aquello que genere un daño innecesario y cruel a las víctimas, como aquellas armas que no puedan discriminar entre objetivos civiles y militares, como las de destrucción masiva. EEUU ha reconocido, tras la denuncia de la RAI, que empleó fósforo blanco (variante del napalm) en Faluya en noviembre del 2004. Un producto que abrasa todo lo que encuentra. Pero lo acaba de aceptar ahora, tras desmentir su utilización cuando hace un año Al Jazira y otros medios árabes lo denunciaron, e incluso tras negar las evidencias que ofrecía el reportaje de la televisión italiana. El argumento empleado por las autoridades norteamericanas es que se trata de un arma incendiaria, no química, que ellos sólo han ratificado algunas partes de los acuerdos internacionales, y que no la emplearon contra la población civil. Pero los muertos están ahí, no hay excusas.
Este hecho se suma a una lista cada día más larga de actos ilegales que caen en la impunidad, como el empleo de balas expansivas contra el brasileño Jean-Charles de Menezes, asesinado en julio por la policía británica. Las balas dum dum se fragmentan y expanden en el interior del cuerpo, por lo que también están prohibidas. Si en lugar de EEUU y Reino Unido habláramos de otro país, pediríamos una intervención internacional y la imposición de sanciones contra estas violaciones. La ley es para todos, no puede haber discrecionalidad.



Noticia publicada en la página 5 de la edición de 21/11/2005 de El Periódico -