Declaraciones de Herrero de Miñón

TONI SUST
BARCELONA

Uno de los padres de la Constitución con UCD y exmiembro destacado de AP y el PP, el político conservador más apreciado por los nacionalistas catalanes y vascos habló ayer en Barcelona. Miguel Herrero de Miñón intervino en un foro convergente, la Fundació Catalunya Oberta, en el que emplazó a CiU a entrar en el Gobierno para "codirigir" España. Y lo hizo en el Hotel Majestic, donde en 1996 se cerró el apoyo de CiU al primer Gobierno de Aznar.
En su autoproclamada condición de "españolista", Herrero --que ya no milita en el PP-- consideró que Catalunya y España deben tener una relación bilateral en un Estado plural. Aplaudió el Estatut como un gran éxito, y a José Luis Rodríguez Zapatero por cómo aborda las cuestiones catalana y vasca, y pidió pedagogía para combatir malentendidos entre "aquí" y "allí". Como ejemplo, aludió a la polémica del déficit fiscal de Catalunya, que, dijo, no debe ser tan rotundo como se apunta en Barcelona. Por eso se extrañó de las reticencias a publicar las balanzas fiscales.
Herrero sintetizó la sensación catalana de ofensa: "Lo peor es que quien se cree donante de sangre sea calificado de vampiro por los beneficiarios de la transfusión". Aunque advirtió de que no era el cometido de su intervención, juzgó incuestionable que Catalunya es una nación.
En el "bilateralismo pactado" que defiende no cabe "la interpretación del pacto por el órgano jurisdiccional de una de ellas". Por eso apostó por variar la composición del Tribunal Constitucional.


Noticia publicada en la página 20 de la edición de 9/2/2006 de El Periódico -